Es el periodo de celo en los ciervos, comienza a finales de septiembre primeros de octubre depende de las zonas, los machos luchan por el territorio y tambien por sus hembras. Se caracteriza por unos bramidos guturales y por los enfrentamientos que se producen entre ellos, es algo mágico poder estar en el monte en este periodo.
Los cazadores aprovechan que los venados están en celo para cazarlos y gastar sus precintos los cuales han sido adjudicados por los ayuntamientos en función del plan cinegetico de cada coto, pues bien tuve la suerte de ser invitado a una de las zonas mejores de España para asistir a esta cita anual y por supuesto con mis arcos.
La zona era en la provincia de Zamora, muy cerca de Sierra Culebras, en un precioso pueblo llamado Muelas de Caballeros, donde habitan los venados más grandes y con mejores cornamentas, nunca antes había estado por esos lares y mucho menos con semejante sinfonía, en los preciosos bosques, repletos de robles, escobas y su exuberante vegetación.
Fue un viaje largo pues salí de Palma en barco, para llegar a Valencia a las 8h. de la mañana conducir 400 km hasta Madrid una parada técnica y continuar otros 388 km hasta un pueblo de Zamora, Santa Eulalia de río negro, para cazar justo un día y medio, que queda en una 10 horas de caza, pues íbamos al alba y al ocaso, que es cuando hay más actividad con los venados.
Lo pase muy bien pateando los cotos, me dejaron en un bosque al atardecer para recechar en una zona que había unos ciervos, tuve uno muy cerca, pero no hubo ocasión de ponerle el pin en la zona vital, otro merodeaba cerca lo podía oír, pero no se dejaba ver, fue emocionante.
La mañana siguiente cambiamos de zona, había varios bosque separados por pelados abiertos los cuales era un buen sitio para poder ver algún venado, mi compañero de caza se conocía muy bien la zona, pues lleva años cazando en esos parajes, estábamos oyendo la berrea de los venados comunicándose unos con otros, pero la mañana avanzaba y no se dejaban ver, habíamos seleccionado dos que los teníamos bien situados por el aire, y había posibilidad de que saliesen a campo abierto y así fue lo vimos a lo lejos, estaba a unos 150 mtrs. mi compañero iba con rifle calibre 300 y yo con mi arco de poleas, el venado se giro y empezó a trotar hacia nosotros, estábamos de rodillas dentro de una acequia que nos camuflaba un poco, venía a un trote largo y cuando estuvo a 60 mtrs. como dice mi amigo Paco, la ética de la caza de no cortar el lance del que tiene mas posibilidad, hizo que desapareciese la oportunidad de cazar ese bonito venado con arco.
Espero poder volver el año que viene y terminar el trabajo que este año he dejado a medias.
Pedro Amengual
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